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Mostrando entradas de agosto, 2020

Él sigue siendo Dios

  ¡Hola! ¡Qué bueno es poder escribir de nuestras experiencias e inspirar a otros! la vida es un viaje, un transcurrir incesante de grandes hazañas, algunas muy divertidas, memorables, maravillosas y otras trágicas, dramáticas y tormentosas, hay momentos en los que estamos tan agobiados que pensamos: ¡Hey! ¿A alguien más le ha pasado? ¿A ti también? ¿Por qué siento que no hay mañana después de esto, lo viviste? ¿Cómo lo superaste? ¿De qué forma lo sobrellevarse? Uno de los más grandes retos que me tocó vivir fue la inesperada despedida de mi madre, ella enfermó de gravedad y 12 días después de una situación muy complicada la enfermedad no cesó y falleció; ya no estaba, todo fue tan repentino, para mi hermano Daniel y para mí fue devastador, no sabíamos cómo vivir sin ella, sin su direccionamiento, sin sus consejos, sin esa poderosa y brillante sonrisa, mi madre era una mujer hermosa, con un espíritu alegre y contagiante, era una mamá espléndida y amorosa, aprender a vivir sin ell...

Esclava de la libertad

En medio de la desesperanza y el dolor, conocí el verdadero amor, pero no estaba lista para darle valor. Aunque lejos me fui, Él lo dejó todo y vino por mí. Fui hallada por Él, atada por su amor, me convertí en esclava de la libertad y por Él volví a soñar. No sé si llegaré a entender su amor por mí, Solo sé que nadie más me amará como Él, por eso lo disfrutaré y me deleitaré en su corazón por siempre viviré.

¡Extraordinariamente!

Muchos de nosotros no somos conscientes de cuánto daño podemos hacer a otros. Nuestras palabras, acciones, aun esos comentarios que hacemos a espaldas de los demás pueden causar heridas muy profundas. Vivimos en un mundo donde si me lastiman yo lastimo, si me engañan yo engaño, si fueron malos conmigo yo seré mala también. He escuchado gente decir "es que tiene que aprender" y de esa forma justifican sus malas acciones. ¿Y saben qué? yo también he estado en ese lugar, pensándolo bien, muchas veces levanté el dedo acusador, en ocasiones fui la voz que lastimó a algún corazón.  Pero sinceramente he llegado al punto en mi vida donde he decidido ser de los que extienden la mano, de los que ponen la otra mejilla, de los que en la actualidad se llamarían tontos. He descubierto que para ser feliz solo tengo que enfocarme en la superficie blanca e ignorar ese insignificante punto negro que quizás daña el panorama.  Quizás no podemos cambiar a los demás, pero sí puedo cambiar en mi in...