Mi bendición en tiempos de pandemia

Mi nombre es Lisbeth, pero me pueden llamar Lis, así entramos en confianza y les cuento algo que tengo guardado en mi corazón.

Los que me conocen saben que me caracteriza viajar, no puedo entender como alguien opine que viajar le produzca estrés, preparar maletas siempre produce en mí un estado de ¡emoción absoluta y alegría!  Pero esto no fue así en mi último viaje, ya que, aunque albergaba una esperanza, muy muy dentro de mí sabía que la salud de mi mamá estaba bastante deteriorada y no sabía si era la última vez que vendría a verla, había muchas interrogantes, temores, incertidumbre en mí con respecto a ella. Esto produjo mucha tristeza en esos días previos a mi vuelo. Fue así como el 24 de Febrero 2020 junto a mi pequeño Albert de 1 año y 11 meses (para ese entonces) salí de Guayaquil, ciudad donde resido desde octubre de 2016, hacía mi país, Venezuela, específicamente a Barcelona mi ciudad natal. Venía bastante cargada, tanto así, que tuve que pagar sobrepeso, pero les confieso que el equipaje que más me pesaba era todo lo que rondaba en mi cabeza acerca de la salud de mi madre. Por falta de dinero no pude comprar el boleto de retorno, pero según mi plan "bien ideado" retornaría para el 31 de Marzo.

Llegar a Venezuela fue muy emotivo y desconcertante a la vez, por un lado reencontrarme con mi familia y amig@s fue muy hermoso, y por otro, encontrarme con una realidad muy dolorosa: Mamá ya no estaba allí atenta para ver que yo necesitaba en mi llegada, o para cocinar alguno de mis platos favoritos, ya no estaba pendiente de todos en la casa, sino que estaba muy enferma y en cama. Asimilar la nueva vida de mi mamá, y por consecuencia de la familia, correr y correr entre buscar medicinas, atender la casa, a mi bebé, el trabajo vía Internet (en un país donde el Internet no funciona 100%), lavar a mano, hacer comida, atender un enfermo, cargar agua, (porque se va por varios días), todo esto produjo un caos en mí, y en medio de ese escenario desestabilizante ¡BOOM, BOOM, BOOM! aparece así como anuncio de estreno de cine, el tema del momento: PANDEMIA COVID 19

Para mí esto significaba algo más que posponer mi retorno o mirar gráficas de curvas de contagio en las noticias, algo más que usar tapabocas y gel desinfectante para manos, o estar encerrada en casa, significaba que esa parte de mí, de extrema organización y control debía entregarla a Dios y descansar en su plan perfecto, representaba confiar absolutamente que en su momento preciso Él nos permitiría a mi niño y a mí volver al lado de Joel, mi esposo, quien quedó en Guayaquil. Entregar el control no es nada fácil, para una persona que su ADN tiene una etiqueta "Extremadamente Organizada" ¿Y saben algo? Hay un tiempo para todo. ¡Así es! Y para mí este no era el momento de hacer post y más post en redes sociales de cientos de textos bíblicos y frases de cristiana perfecta sino de poner en práctica lo que predico y profeso que es la fe en nuestro Dios y creador. Fue así como pude, muy dentro de mí, escuchar la voz mi Padre diciéndome: Tranquila, tú decides caer en la desesperación o creer en mí. 

¡Todo en la vida es una decisión! Créeme que sí, y decidí mirar desde los ojos de la fe y entender que la pandemia, aunque era una crisis mundial desestabilizadora y paralizante, me estaba permitiendo estar con mami y ayudarla en el momento más crítico de su vida, además compartir con el resto de mi familia y amigos, con mis pequeños 3 sobrinos que tanto extrañaba, ¡realmente la pandemia para mí estaba siendo una bendición! SÍ, UNA BENDICIÓN. Dios siempre cumple su palabra, y esto fue lo que quedó en mi mente y mi corazón: indiscutiblemente a los que aman al señor todo obra para bien.

Mi pequeño Albert y yo pudimos disfrutar a mami 4 meses y 20 días, el día martes 14 de julio eran las 5:00 am aproximadamente cuando mami se fue a descansar a la presencia del Señor, en ese momento pasó una película por mi mente de cientos de personas que en este tiempo les ha tocado despedir a sus familiares a la distancia. Todo para mí cobró sentido, pude entender perfectamente el plan de Dios, como en su cuidado tan detallista y perfecto me permitió estar al lado de mami, ¿y saben por qué? Porque me conoce perfectamente y entendía muy bien que hubiese sido devastador para mí no poder estar con mi familia en un momento tan determinante como perder a mamá. ¡Wow es increíble lo que Dios hizo! venir en el momento que más ella lo necesitaba, me permitió salir justo 3 semanas antes de que cerraran los aeropuertos, compartir su último cumpleaños, su último día de la madre, me dio la oportunidad de estar a su lado hasta su último suspiro, (sí, literalmente, porque fui yo quien la vio morir.) 

Ha pasado mes y medio desde ese día, como ven es algo muy reciente, obvio que estoy llorando cuando escribo esto, todos los días lloro a mami, pero hay algo más grande que mi tristeza por la separación física y es el AGRADECIMIENTO profundo que tengo en mi corazón hacia Dios por sus cuidados para mí, con mi vida entera no podré agradecerle tanto amor. 

Aún estoy en Venezuela, el aeropuerto sigue cerrado, mami ya no está, pero yo... ¡yo sigo confiada y ahora más que nunca que su plan perfecto para mí sigue en ejecución! ¡Él nunca me ha fallado y nunca lo va hacer!

Hoy quiero animarte a mirar con los ojos de fe en medio de tu circunstancia adversa. Quizás tu crisis se llame desempleo, enfermedad, problema matrimonial, hijos en drogas, padres divorciados, divorcio, el nombre que tenga la crisis que atraviesas, si te atreves a mirar desde la perspectiva de Dios te darás cuenta que siempre hay algo bueno en medio de todo lo que pueda parecer malo.

Rom 8:28 Versión PDH "Sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito."

Versión Lis 2020: "Si en medio de una crisis te atreves a mirar desde la perspectiva de Dios, encontrarás la bendición que él tiene para tí!"

Nunca, nunca, por muy oscuro que parezca tu escenario, dejes de creer en Dios.

¡Dios te bendiga! 💓