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¡No me llamen Noemí!


Ella era una mujer muy golpeada por las circunstancias reales de una vida real. Todo lo que tenía y todos a los que amaba ya no estaban. Lo había perdido "TODO".

Ya no le quedaban fuerzas ni ganas de luchar, ¿para qué continuar? -se preguntaba una y otra vez- ¿Cómo resistir tanto dolor y sufrimiento? -Sus pensamientos eran un torbellino de recuerdos con oleadas de tristeza, soledad y amargura-.

Noemí, perdió primero a su esposo y luego a sus dos hijos. Todo lo que representaba su seguridad ya no estaba, ella era un barco a la deriva muy lejos de llegar a un puerto seguro. ¿Qué les puedo ofrecer? ya no hay nada más para dar, vuelvan a sus casas y sean muy bendecidas, -les dijo a sus nueras con voz agotada, ya sin fuerzas- Yo volveré al que una vez fue mi hogar -dijo ella-. 

Orfa caminó de vuelta a su familia, pero Rut escogió a Noemí, se aferró a ella, no la soltó. Tú eres mi familia -respondió Rut-. Y así fue como caminaron juntas hacia un nuevo destino.

Es Noemí -dijeron aquellas que la conocieron en sus años más resplandecientes-. No me llamen Noemí (dulzura) ahora soy Mara (amarga) -dijo Noemí con voz amargada, haciéndole honor a su nueva realidad-. 
Historia basada en el libro de Rut
A.T La Biblia
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¿Cuántos de nosotros no hemos pasado por situaciones y momentos muy oscuros en nuestras vidas? Esos momentos donde ya no hay alegría, donde la risa se convierte en una mueca dolorosa y donde las fuerzas solo quieren dejar de ser.

Quizás no hemos cambiado nuestro nombre como la mujer de la historia, pero sí hemos adoptado una actitud amargada o indiferente ante la vida, como consecuencia de las situaciones que hemos vivido y las heridas que hemos sufrido. 

¿Qué tan estresado (a) estás hoy? ¿Qué tan desanimada (o)? ¿Qué tan amargado (a)? ¿Qué tan preocupada (o)?

Cada una de éstas actitudes impiden que puedas ver y disfrutar las bendiciones que están al alcance de tus manos. Noemí había perdido mucho y eso no podría ser reemplazado, pero había ganado una hija, una compañera que la había escogido, que había decidido ser su familia, y para spoilearte un poco el final, la vida y el nombre de la familia de Noemí fue redimido a través de Rut. Pero para que eso sucediera Noemí tuvo que hacer dos cosas en el momento más oscuro de su vida:

1.- Volver a su origen, a su hogar. (Te invito leer la entrada llamada "Mi hogar")
2.- Reconocer, cuidar y velar por la bendición que tenía a la mano.

Tal vez, Noemí no esperaba todo lo que venía para su vida, jamás lo imaginó, pero lo que me sorprende de ella es que aún cuando todo decía que debía renunciar, ella encontró la fuerza para continuar y la alegría volvió a ser parte de su vida.

NO RENUNCIES, ES TIEMPO DE CONTINUAR, LO MEJOR ESTÁ DESPUÉS DE LA TORMENTA, CUANDO LLEGAS A TU ORIGEN, CUANDO TE DELEITAS EN TU HOGAR.


Comentarios

  1. 😍🙌🙌🙌Gracias por compartir reflexiones, Noemí representa a una mujer guerrera y esforzada, digno ejemplo a seguir, me ayudó a repensar las situaciones por las que muchas veces nos vemos envueltas y sin salidas.Pero cuando tenemos a alguien que, depende de nosotras levantamos las vuelo como las Águilas. Hermoso me encanto.

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