Una de las cosas que más me gusta hacer es viajar ¿y a quién no? La expectativa de conocer nuevos lugares y vivir nuevas experiencias, todo eso hace de los viajes algo divertido pero de cierto modo temporales.
Los viajes son muy buenos, aunque después de un tiempo quieres volver a tu lugar de origen, a tu hogar. A ese lugar donde está tu esencia, lo que amas y todo lo que te hace realmente feliz. La gran mayoría de las personas sueñan con viajar, pero TODAS las personas anhelan un hogar.
En los viajes te animas a conocer la cultura del lugar, sin olvidar tu propia cultura. Conoces gente, y así como los conoces también compartes quién tú eres y el lugar de donde vienes. Soy una extranjera en Argentina, y aunque amo muchas cosas de la cultura de éste hermoso país, no puedo dejar de lado la venezolana que llevo dentro.
Te preguntarás a dónde te quiero llevar, bueno comencemos: algo que aprendí hace un poco más de cuatro años atrás, es que mi identidad no está delimitada por un país, una pastora muy querida me dijo tu nacionalidad no es de ésta tierra, tu nacionalidad es del cielo, cuando me dijo eso, todo miedo y apego salió de mí. Amo mi país Venezuela, tal y como amo a todas las naciones del mundo, aun a aquellas naciones de las que no recuerdo el nombre (actualmente hay 194 países reconocidos por la ONU).
En estos días he estado pensando en la eternidad (el futuro más seguro que tenemos), cuando nos enfocamos en la eternidad la vida se vuelve un viaje que debemos disfrutar entendiendo que es solo un viaje temporal.
El libro de Eclesiastés dice que Dios ha puesto eternidad en nuestro corazones: esa eternidad es el Espíritu Santo en nuestro corazones, ésta tierra y ésta vida se acabarán pero la eternidad que Dios puso en nuestros corazones no, porque es su presencia misma en nosotros.
Tenemos que entender que esta vida se trata de un viaje, es una aventura que debemos vivir, sin olvidar nuestro verdadero hogar; nuestra cultura o nacionalidad no pertenece a este mundo, solo somos extranjeros en esta tierra, no nos amoldemos a sus costumbres porque somos representantes del reino de los cielos.
Aunque estamos en un viaje terrestre, la eternidad en Dios es nuestro origen y destino. RECUERDA ERES UN VIAJERO TEMPORAL.
Atte, Milbi Yelena
Me encantó.. concuerdo.. mi identidad ni tiene que ver con este mundo. Att. Li.
ResponderEliminarHermoso mensaje, yo tambien soy extranjera en este pais hermoso, mi pais de origen es Peru, pero soy una representante del cielo en esta tierra y como tal una viajera mas sin olvidar mi esencia, mis costumbres, gracias por el mensaje me hizo reflexionar. Bendiciones hermosa del Señor
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